miércoles, 30 de enero de 2013

San Blas bendito, cúrame la garganta y el apetito

Como cada 3 de febrero, en la madrugada, llegaremos a Pamplona con los roscos, rosquillas y tortas recién hechos.

En la elaboración nos afanamos durante una semana entera, porque así tiene que ser si queremos que estén tiernos. Dice la tradición que el santo concede la cura en los males de garganta, es por esto que durante toda la mañana los fieles entran con sus bolsas llenas de los recién comprados roscos para ser  bendecidos por el santo. 
En muchas poblaciones de Navarra es tradicional acudir con alimentos para ser bendecidos en una misa especialmente celebrada para ello. 
Pan, azúcar, chocolate, agua, roscos, rosquillas, y hasta cebada o trigo para los animales.
Momento de la bendición
Cada año al llegar esta fecha recuerdo los collares que me ponía mi madre, en Larraga, de unas roscas duras como los mantecados, en forma de estrella, atadas al cuello con una cinta de colores, antes de llegar a misa ya nos habíamos comido una o dos. También recuerdo el nombre de las bolas azucaradas de colores con que se adornaban esas roscas, chochicos. 
En fin, supongo que las cosas habrán cambiado un poco. No así las recetas, que son las mismas, algunas nuestras, otras de nuestras madres, abuelas o tías.

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